Victoriano Rodríguez Santos
La marcha de ayer 25 de noviembre convocada por la RED DE MUJERES; fue un éxito. Lástima que la televisión panameña se privó la oportunidad de transmitir la misma, quizás porque no tenía publicidad pagada.
Dicha marcha pareciera ser solo una gota de agua en la gran tinaja que tiende a llenarse y que puede romperse en la cara del Presidente, de continuar con su terquedad e insistencia en ese nefasto proyecto 163 que tiende a reformar la Ley 51 de la Caja de Seguro Social (CSS), para las y los trabajadores, principalmente para quienes tienen menos de 50 años de edad.
Son reformas políticamente sesgadas en beneficio de un sistema financiero que alberga muchos banqueros, empresarios y políticos corruptos que aún la justicia panameña no investiga. Además, ese sistema financiero no beneficia a la población trabajadora y necesitada del País.
Tengamos presente que impulsar, de la forma en que lo hace José Raúl Mulino, desde la presidencia, es violencia. Violencia contra la población y peor aún con la más necesitada.
Muchas cosas interesantes que los medios pudieron haber divulgado, cuál es su responsabilidad, pero no lo hicieron. La participación de la mujer, de niños y de personas con movilidad reducida e invidentes implica que todos estamos tomando conciencia de que unidos no nos vencerán. Máxime cuando en vez de darnos el Chén Chén, nos quieren quitar lo corto que tenemos y a fuerza de perdigones.
Esta marcha es el preludio de manifestaciones nacionales con mayor profundidad de aquellas que se dieron en octubre y noviembre del 2023 contra la nefasta e inconstitucional ley 406 de la minera, hecho que pareciera repetirse con el actual proyecto 163.
Señores Diputados hay un adagio que reza así: “cuando veas la barda de tu vecino arder pon la tuya en remojo”. Que la población no tenga que hacer lo mismo que el año pasado e ir a visitarlos en turba, a sus viviendas, hagan el trabajo con la responsabilidad de un buen padre de familia y no como meros políticos.
Ahora, es necesario reconocer la labor de la Policía Nacional, por cuanto en vez de reprimir como generalmente se les obliga, estuvieron para apoyar a los manifestantes y que no hubiera desorden en la vía con los vehículos que transitaban. De eso se trata señores uniformados, ustedes también son ciudadanos y lo que defendemos también involucra a sus hijos, pareja, amigos y vecinos.
Esa es la labor que debe cumplir la Policía Nacional, proteger y servir a la población. Dios te salve, Panamá.
La verdad os hará libres, el silencio cómplice.
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