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Una reforma de las pensiones que daña a los jóvenes y eleva las ganancias del capital financiero

 

Juan Jované

 

Especial para El Periódico

Una propuesta indecente

Para entender plenamente como la propuesta del CONEP para reformar el actual régimen de prestaciones daña a la juventud, mientras que eleva las ganancias del capital financiero, resulta indispensable establecer con claridad el contenido de dicha propuesta. La misma se encuentra desarrollada en el documento Visión País 2050 Actualizada (CONEP, 2024).

El proyecto concreto del CONEP para el programa de invalidez, vejez y muerte de la CSS, se encuentra en el Recuadro 3 de la Visión, en que se presenta un esquema de tres pilares, siendo el segundo el que interesa para este fin. El mismo se caracteriza por ser un modelo de cuentas individuales puras.

Se puede partir señalando que el régimen de cuentas privadas propuesto por el CONEP sería obligatorio para todos los trabajadores. Esto lleva proponer pasar a la mayoría de los asegurados que hoy se encuentran en el modelo solidario (SEBD) al régimen de cuentas individuales. Concretamente se propone que todas las mujeres cotizantes de menos de 45 años y todos los hombres cotizantes de menos de 50 años pasen, de manera automática al modelo de las cuentas individuales.

Dado que a los asegurados que pasan hacia las cuentas individuales se les tendrá que reconocer sus aportes previos, de hecho, no capitalizados, esto genera un costo de transición, al que se le debe sumar el valor de las pensiones de quienes están jubilados o llegarán a jubilarse en el modelo solidario (SEBD). Obviamente los señores del CONEP no están dispuestos a hacerse cargo de una parte de este costo. Su negocio no es cubrir costos, es elevar sus beneficios.

Con la intención de borrar toda idea de solidaridad del pilar de las cuentas individuales, el CONEP llega hasta proponer que el pequeño componente solidario del actual subsistema mixto desaparezca. Este organismo de la cúpula empresarial, vale la pena añadir llevaría, en primer lugar, a una amplia reforma paramétrica que incluiría un incremento de la edad de jubilación, un incremento del valor de las cuotas, un aumento de los años de cotización y una reducción de la tasa de remplazo (menores pensiones).

Es obvio que quienes manejarían las cuentas individuales se beneficiarían de estos cambios, ya que lograrían no solo manejar un monto de dinero más elevado, siendo además cierto que lo manejarían por más tiempo. El CONEP explícitamente propone la posibilidad del manejo privado de las cuentas individuales. El hecho que el Ejecutivo haya declarado que no privatizará la CSS, no elimina esta posibilidad. Es importante recordar que la cúpula empresarial ha planteado la posibilidad de un arreglo institucional como del SIACAP, donde en principio se trata de una institución pública, pero donde las funciones de registro y pago, así como la mayor parte del manejo de los fondos lo hace el capital financiero privado. Esto queda claro en el Artículo La Ruta Hacia Reformas de la CSS, publicado por Yolanda Sandoval el 13 de abril de 2021 en el diario La Prensa. Según éste, el señor Nicolau “plantea la necesidad de transferir la administración del sistema de pensiones de la CSS al Sistema de Ahorro y Capitalización de los Servidores Públicos (Siacap) o un ente similar” (p. 1B).

Los beneficios son para el capital financiero

El objetivo último del CONEP es lograr un nuevo campo de generación de ganancias para el capital financiero privado, vinculado tanto con las capitalizadoras de fondos de pensión (AFP) y los seguros que manejarían las rentas vitalicias. Así lo demuestra la realidad de los países, dado los elevados costos de administración y manejo que estas empresas imponen a los asegurados.

Un caso emblemático de esto es Chile, país que se utiliza como paradigma de los modelos de cuentas individuales. Un estudio realizado por la Fundación SOL, titulado ¿Quién es Quién en el Negocio de las AFP y Compañías de Seguro en Chile? (2023), revela que las ganancias de las AFP “alcanzan valores correspondientes a utilidades sobre normales, lo cual se refleja cuando se analiza la Rentabilidad Sobre Patrimonio que alcanza un valor promedio de 19.02% entre 2012 y 2022” (p. 6, subrayado en el original).

Este tipo de situación se debe a mercados altamente oligopólicos, en los que pocas empresas dominan la oferta de los servicios, situación que, sobre todo dado el tamaño del mercado panameño y la estructura de concentración ya existente, es lógico que se repita en nuestro país. El libro de Carmelo Mesa Lagos (2021), titulado Cuatro Décadas de Privatización de Pensiones en América (1980 – 2020), permite dar algunos ejemplos. Es así que de acuerdo al Cuadro 11, en el período 2018 – 2019, las dos mayores AFP controlaron los siguientes porcentajes del mercado (número de asegurados): Chile 59.2%; Uruguay 74.0%; Colombia 80.5%; El Salvador 100.0%.

Los costos son para los asegurados

Siguiendo la línea de análisis anterior sería claro que los jóvenes panameños obligados a participar en un modelo de cuentas individuales guiado por el capital financiero, tendrán que enfrentar múltiples y costosos cargos de administración.

En primer lugar, tendrán que pagar los altos costos por los “servicios” de las capitalizadoras (AFP) y los seguros, los que necesariamente afectará adversamente sus pensiones. Para dar un ejemplo de esta problemática se puede citar el libro de Isabel Ortiz, et al, 2019, titulado La Reversión de la Privatización de las Pensiones: Reconstruyendo los Sistemas Públicos de Pensiones en los Países de Europa Oriental y América Latina (2000 – 2018”. En el mismo los autores señalan que: “En los sistemas privados de México y Costa Rica, se esperaba que los afiliados pagaran el equivalente a 5 años de cotización durante toda su trayectoria contributiva únicamente para cubrir los gastos administrativos… Según Mesa – Lago, el promedio no ponderado de los costos administrativos como porcentaje de las cotizaciones en 10 países de América Latina fue de 25.8% por ciento en 2003” (p. 16).

En segundo lugar, están los posibles costos que surgen del hecho de que, en los sistemas de cuentas individuales, todos los riesgos los sufre el asegurado afiliado. De hecho, sea cual sea el resultado de los mismos, las capitalizadoras seguirán cobrando los costos administrativos. Se trata de riesgos no compartidos solidariamente, que tienen que ver con: los riesgos de pérdidas vinculados a las posibles caidas de valor de los activos en que se encuentran invertidos los fondos de los asegurados, así como los generados por las variaciones en la tasa de interés. A esto se agregan los riesgos vinculados con el desempleo y los tiempos de enfermedad, en que no se cotiza, así como con el mal llamado riesgo de la longevidad.

Se trata de riesgos que pueden ser muy costosos, como queda claro en el siguiente ejemplo del Perú, el que es explicado por Isabel Ortiz y sus coautores en los siguientes términos: También es preocupante la estrategia de inversión seguida por las administradoras de fondos privados de pensiones, optando por portafolios de inversión de alto riesgo, que los hizo más vulnerables a la crisis económica y financiera. En Perú, durante la crisis financiera mundial 2008-2009, los activos de los fondos de pensiones se redujeron en un 50 por ciento o más, debido a que los administradores de cartera de las AFP habían invertido en instrumentos de alto riesgo, incluso superiores a los asumidos por los participantes en la bolsa peruana.” (p. 22).

En tercer lugar, otro problema para los asegurados que, necesariamente, afectará su situación es el costo de la transición. El mismo como se ha adelantado sería significativamente elevado. Su pago, se tendrá que enfrentar con fondos públicos, los que aún en el caso que en principio se financien con crédito del gobierno central, tarde o temprano significará una elevación de los impuestos. Obviamente los sectores económicamente dominantes, acostumbrados a un sistema de muy baja tributación, así como a la evasión fiscal (11.6% del PIB), buscarán desviar esa carga tributaria hacia el resto de la población. Esto, a nuestro juicio, llevaría a un incremento significativo del ITBMS.

También es obvio que el reconocimiento de las cuotas previamente aportadas no se dará en términos de capitalización. Se entregará, entonces, como dinero depreciado por la inflación, que solo podrá constituir fondos de pensiones muy reducidos en términos reales.

Pensiones de miseria

Lo anteriormente planteado, explica la razón por lo cual las pensiones que obtienen los jubilados en los sistemas de cuentas individuales son de miseria. Esto es muy claro en el caso paradigmático de los sistemas de cuentas individuales.  El documento de la Fundación Sol Pensiones Bajo el Mínimo: Los Montos de las Pensiones que Paga el Sistema de Capitalización Individual de Chile (2024), ofrece valiosa información al respecto.

 Según este estudio se puede concluir, usando datos del 2023, que en “resumen, casi el 85% de las pensiones pagadas por las AFP y las Compañías de Seguro son menores que el Salario Mínimo (porcentaje que se reduce a 70.0% al incluir los subsidios estatales” (p.5).  Más adelante afirma que: “Para el caso de las y los nuevos pensionados del año 2023 se registra una tasa de remplazo promedio de solo 27.7%. En el caso de aquellas personas que cotizan entre 30 y 35 años, su tasa de remplazo promedio apenas llega al 28.6%” (p. 6). Es conveniente recordar que la tasa de remplazo es la relación entre el monto de la pensión y el promedio de los salarios de los diez últimos años.

En el caso de Panamá, en el que la referencia es con el promedio de los salarios de los 10 mejores años, la situación no parece mejor. Un estudio realizado por el FMI para Panamá, titulado Pensions Reforms Options to Improve Sustantability  and Equity (Fecher, Csaba, et al, 2015), llega a la conclusión de que quienes se pensionen en el subsistema mixto (básicamente de cuentas individuales) en el 2050 y el 2060, solo lograrán una tasa de remplazo apenas levemente superior al 20.0% en relación a los salarios promedios existentes en esos años (Figure 3).

Evitar el modelo del CONEP

Teniendo en cuenta todo lo anterior resulta indispensable, a fin de proteger el futuro de las nuevas generaciones, enfrentar el proyecto de los sectores económicamente dominantes. Resulta, entonces, necesario lograr que los jóvenes entiendan el significado real de la propuesta del CONEP, de manera tal que se puedan organizar y movilizar en función de sus intereses.

17 de julio de 2024

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