El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Dr. José R. Acevedo C.
Actualmente el Congreso y el Senado de los Estados Unidos, desde el año 2019, aprobaron una Ley que establece un techo de la deuda de ese país. Para modificarla, sea en el sentido de suspender o elevar dicho techo, es necesario contar con los votos del Congreso, esto es un total de dos tercios de los 435 congresistas, 291 votos; e igualmente en el Senado, también se requiere de dos tercios, esto es del voto favorable de 67 senadores.El partido demócrata cuenta con mayoría en ambas cámaras, sobre todo en la cámara baja dominada por 232 congresistas y 51 senadores en la cámara alta.
Cómo ocurre en los países que tienen una disciplina fiscal, para evitar la devaluación de su moneda y una mala calificación de riesgo país de las agencias calificadoras, en los Estados Unidos existe un techo de deuda que requiere para su modificación de la aprobación de ambas cámaras. Aun cuando el dólar desde hace mucho tiempo, carece de un respaldo de pago en oro, siendo una moneda prácticamente virtual, es la que sustenta el comercio mundial. Por ende, no es del todo cierto que la Reserva Federal libremente pueda imprimir dólares sin límite. Existe la Ley que establece un techo de la deuda y en consecuencia, la impresión de monedas superior a ese límite dentro de un año fiscal, constituiría un delito federal.
La administración del Presidente Biden, necesita dinero para financiar una serie de proyectos de infraestructuras internas, seguridad social, pago de deudas, administración del gobierno, gastos militares y otros, cuyo monto es superior al techo de deuda aprobado y vigente. Le urge modificar la Ley que establece un techo inicial de 22 billones de dólares, suspendida en el año 2019, para aumentarla a 28.8 billones de dólares.
Modificar la Ley de 2019, le está costando esfuerzos que parecen inútiles a la administración de Biden, toda vez que, dentro de su partido, hay congresistas y senadores del ala más derechista, que no comparten el incremento de gastos.
Todo parece indicar que la fecha tope para lograr acuerdos bipartidistas en este sentido es hasta el 18 de octubre y de no lograr modificar la Ley, el país entra en la imposibilidad de hacer frente a sus deudas, lo que generará consecuencias económicas impredecibles negativas a la economía de los Estados Unidos y del mundo. De darse esta situación se desmorona el valor del dólar y todo el sistema financiero internacional. Sin duda, el caos económico apocalíptico.
Para salvar la situación y el peligro de una gran recesión económica mundial, de acuerdo a algunos juristas, se puede hacer uso de un vacío legal que no es inconstitucional. Se trata de acuñar una o varias monedas en platino, metal de mayor valor al oro y que además no está dentro del límite de emisión de monedas respaldadas en ese metal, que se tasaría con un respaldo valorativo respecto a la emisión de dólares por un monto de dos billones de dólares. Por ende, el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal, y el Presidente Biden, éste último no le agrada la idea, estudian la posibilidad de emitir la súper moneda, que garantiza el respaldo económico de los nuevos billetes emitidos y el pago de la deuda norteamericana. ¿Quién emitiría la súper moneda? No sería la Reserva Federal, en todo caso haciendo uso de las facultades presidenciales, como la de ordenar al Departamento del Tesoro acuñar monedas conmemorativas, la administración puede ordenar acuñar la súper moneda con un valor de un billón de dólares.
De darse ese escenario inédito, en su tiempo será la Suprema Corte de los Estados Unidos, quien debe pronunciarse sobre la legitimidad de la emisión. Y de ser así, prevalecerá y se ponderará la salud de la economía antes que otra situación de corte jurídico.
En conclusión, la Reserva Federal creada en el año 1913, con sus 12 Bancos Federales, es autónoma, solo debe acudir al Senado cada cierto tiempo su gobernador, para dar respuestas a ciertos asuntos y está sujeta a la Junta de Gobernadores de los bancos federales, al no tener capacidad para emitir monedas, los expertos aseguran que puede intervenir para evitar seguro la mayor de las crisis económicas de la modernidad, junto con el Departamento del Tesoro y la orden presidencial de acuñación.
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