Victoriano Lorenzo Redacta un recurso de Habeas Corpus, que fue ignorado.

Por: José Dídimo Escobar Samaniego

A Victoriano Lorenzo lo detuvieron, sin cargos y lo fusilaron cobardemente, porque le temían por ser un hombre recto y firme que nunca lo vencieron en el campo de batalla.
El día 4 de mayo de 1903, Victoriano Lorenzo, ese insigne Cholo, el General de los pobres, después de estar preso varios meses, sin mandamiento legal alguno de autoridad competente, redacta en la cárcel, sin ser licenciado en derecho y ciencias políticas, un habeas corpus, misma que constituye una pieza histórica jurídica extraordinaria, y que por los hechos que sucedieron 11 días después, manifiestan la decisión de la oligarquía de asesinar cobardemente, vía fusilamiento, a un hombre que representaba el sentir del pueblo y era su líder y al que le tenían un temor inusitado los bisabuelos de los que hoy tiene el poder económico y político en Panamá. Cargan hoy, sus herederos, con las manos manchadas de sangre inocente, de un hombre honesto, enemigo de la corrupción y de la esclavitud del pueblo, a quien se fulminó su vida terrenal por vía de un proceso apócrifo, ilegítimo y sin fundamento jurídico alguno.

A continuación, la transcripción de ese famoso recurso, aunque aparece incompleto, pero su esencia se conserva en la parte rescatada.:

Presidio de Panamá, Mayo 4 de 1903.

“…y considerándome, con derecho al presente reclamo como única autoridad superior; suplico a Vcia con todo respeto que se merese, á tienda indulgente a mi humilde petición; para que el Señor Comandante General, provea lo conveniente y ordene se pase el proceso al Señor Juez Superior, para que este alto funcionario dicte las medidas conducentes y sigan dichas diligencias los trámites que la ley previene y no se prolongue mas mi detención sin saber a qué atenerme.
Llevo al mismo tiempo una cadena, un grillete y una calanca de hierro, sin ser acreedor á esa extricta seguridad; pues todo cuanto se me imputa es falso y de ningún valor, pues de todo tengo conciencia serena y a todo trance justifico mi honradez y mi modo de proceder con mis semejantes, que nó ha sido como varios se ha figurado.
El mismo señor alcalde Jefe de este establecimiento, puede informar ante S.Sa. del Sr. Juez, ó magistrado cual es mi conducta en el local que me encuentro no dudo en lo absoluto que S.Sa. Atienda indulgente y justiciero, en cumplimiento de sus deberes y dé, al afecto una resolución favorable, por ser justicia.
Soy de S.Sa. Con toda consideración y respeto.
Victoriano Lorenzo.

(Tomado del libro del poeta e historiador Leoncio Obando)

¡Por un país decente y una patria para todos!

 

¡Así de sencilla es la cosa!

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