Victoriano Rodríguez Santos
Otro día de lucha. Otro día para defender la patria de quienes pretenden entregarla. Entregarla a una minera que pudiera incluir, por sus actividades, pobreza, enfermedades y muerte de la población más cercana, pero además incluir otro enclave colonial, en el corazón de la República. Otro día que nos regala Dios, para salir a protestar.
Cada día se suman más y más personas, principalmente jóvenes. Iniciaron unas cuantas personas, después cientos, posteriormente miles y ahora es casi toda la población. Hay protestas organizadas prácticamente en todos los corregimientos y lugares poblados.
Increíble: en sus 120 años de República, Panamá jamás pasó por una crisis política peor, es la población que está en las calles. Obviamente nunca tuvo diputados, Ejecutivo y un presidente como los actuales. No solo llenaron y rebasaron el vaso, también lo absorben con carrizo.
Los diputados al aprobar un proyecto de Ley, tan controversial e inconsulto (porque las consultas no eran vinculantes), parecen haber olvidado la existencia de la Constitución Política y lo expuesto en sus artículo 3 y el 290 (entre otros).
Imperdonable y por eso estamos en las calles, hasta que la Corte Suprema de Justicia falle sobre ese adefesio.
Si hay algo con lo que colaboraron los diputados, el Ejecutivo y propio Presidente, es que se desenmascararon. Con ello lograron la magia, lo que por años, muchos años, a través de diferentes medios hemos venido tratando de hacer.
Que la juventud salga de las redes, escuche a sus padres, se involucre en las situaciones políticas y económicas de su Patria, tal cual lo hicimos nosotros en las década de 1950, 60, 70 y 80, para el beneficio del País.
Somos una población que protesta pacíficamente en las calles, de todo el País, no usamos armas máscaras ni atuendo para esconder nuestro rostro. Exigimos el respeto de la policía hacia los manifestantes.
Siento que mañana puedo morir en paz. La satisfacción de haber aportado un granito de arena en esta lucha, por recuperar la Patria. Que la juventud pensante, tomó la bandera, está en defensa de Panamá y contra quienes, mediante la Ley 406, quieren entregar nuestros recursos naturales a una empresa minada de acciones de otros Estados (extranjeros), situación que prohíbe nuestra carta Magna.
Presidente Cortizo, Omar Torrijos nos tiró la “línea”. Nos enseñó que la lucha es en las calles porque «De rodillas nunca, nunca» y que “En cada pecho una trinchera», pero que además: “Quien más consulta, menos se equivoca”.
Viene a la memoria el Maestro Carlos Francisco Chanmarin (QDEP), excelente poeta y cantor a la Patria, por lo cual extraemos el primer párrafo, de su poema NOS QUIEREN ROBAR EL COBRE, escrito en su natal Santiago de Veraguas, el 2 de octubre de 2010, por la semejanza con la situación actual.
“Nos quieren robar el Cobre,// la tierra y la serranía,// El cielo y la casa mía//
y todo lo que nos sobre.// Y sólo por ser tan pobre// el rico nos recrimina// y quiere el agua, la mina,// el sol, la luz y la luna.// Pero no tendrá ninguna// Pues nuestro pueblo camina.”
Las palabras de ayer del presidente Laurentino Cortizo Cohen, causan la sensación de ser tratados de ignorantes, sin palabra humillantes, a una población tan noble y sin tener el tono desafiante me sentí como un borrego, pero como lo dijo Mateo Iturralde: «Yo no vendo mi Patria”. Dios te salve, Panamá.
Ciudadano humanista y patriota.
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